HABLA UN CUENTISTA:
LUIS ALFREDO RAPOZO
Luís Alfredo Rapozo comparte algunas
palabras con cuentistas urbanos
que escriben cuentos cortos
¿Cómo trabajas, en tu casa, en La Pastora ? ¿Te sientes
cómodo en este lugar?
No me quejo. Me acostumbro en mi ambiente y me siento bien
aquí. Tengo mis libros de consulta a la mano y puedes ver mi terrible obsesión
por la lectura, hasta en el baño puedes conseguir un libro. Luego, debo
dedicarme a recogerlos y ordenar nuevamente en la biblioteca, en forma
periódica. Ahora, cuando estoy escribiendo sobre un tema que merece
investigación si soy más metódico y tengo varios textos de consulta sobre una
mesa como si estuviera en la Biblioteca Nacional , cuando investigaba mis
trabajos de secundaria;o en una sala de ciencias sociales en mi amada Biblioteca
de la UCV ,
posteriormente. Eso no se olvida y mi casa es una biblioteca. Utilizo para
escribir una computadora portátil que se
me está poniendo vieja, pero sus teclas son tan suaves que me siento como
tocando una sinfonía; cuando escribo un cuento, o una crónica. Corrijo
generalmente, sobre el mismo texto cuando reviso escritos cortos, pero cuando
hago escritos más elaborados, me gusta imprimirlos para revisarlos a la vieja
usanza; a mano, con lápiz, y saco en limpio antes de pasar los originales a la
computadora. He perdido mi seguimiento a la música, ahora siempre ando
pendiente de los programas de opinión en la radio, la cual enciendo bien
temprano y solo veo TV cuando me interesa un discurso especifico, un buen
programa de noticias, documentales; una noticia internacional o algún programa
serio y bien hecho. Del resto, me olvido del mundo y me instalo a ver buenas
películas clásicas que suelo ver varias veces. Tengo una buena colección de
películas que harían suspirar a un cinéfilo y en temporada de los premios Oscar
de la Academia ,
te aseguro que procuro tener todas las películas en casa y disfrutarlas al
máximo; siguiendo la crítica del momento, eso me encanta y lo hago desde hace
varios años. Ahora, te digo que la música de la Sonora Matancera la escuché
hasta el cansancio, incluso tuve un programa de opinión donde amenizaba con ese
tipo de música e interpretes diversos de la época y lo cual me hacía tener en
Anzoátegui una audiencia de mujeres y hombres que apreciaban ese estilo y me
seguían a diario con entusiasmo y solidaridad.
En ese ambiente, escribo mis cuentos diarios, que son breves
y les doy vida en 20 minutos, después de pasear por recuerdos y también después
de jugar con la imaginación…inventando cada cosa, que hasta los perros hablan,
las aves bailan guarachas y los muertos salen a caminar como buscando lo que no
se les ha perdido.
Ahora, a los cincuenta y seis años se te ve tranquilo,
centrado como si tuvieras otra vida
Sí. Viví un tiempo perdido en el ajetreo de ganarme la vida,
como todo el mundo. Pero, desde que mi hijo se hizo hombre y profesional, me tomo la vida
sin tanta angustia para no morirme de un infarto. Hacer lo que uno quiere en la
vida-en mi caso escribir-, no es una cosa que se logre fácilmente. Algunos
tienen mucha suerte y oportunidad, y entonces logran involucrarse con el medio,
pero en mi caso…tuve que hacer espacio para cumplir ese sueño de dedicarle
algunas horas de mi vida al placer de escribir como oficio…aunque la violencia,
la inestabilidad que se vive en Venezuela –creo-, amenaza a los creadores,
poetas y especimenes afines a morir de hambre, si no se tiene un ingreso
decente y dificulta la escritura
consuetudinaria. No es fácil, como diría Leopoldo Castillo. Por eso, valoro
mucho cuando una persona, se escapa de la realidad, aunque sea un momento y nos
echa un cuento.
¿Haces mucha vida social mientras escribes?
No como quisiera y es que los amigos andan extraviados en su
mundo. Ha cambiado mucho, la manera de
compartir y ya no se ven tertulias literarias; no hay espacio seguro donde se
pueda ir, sin arriesgar la vida; no se puede andar por Caracas, ni siquiera
comenzando la noche, sin correr el riesgo de una desgracia, un asalto, o un
robo y la vida nocturna vale plata, porque las tascas con vino barato, jamón
serrano y buen queso en una barra, parece que quedaron en el pasado. No hay
bolsillo que aguante tanto desembolso. De vez en cuando, las reuniones de
amigos levantan el ánimo y las visitas programadas o no, refrescan las
amistades en casa, en una tarde de baile, conversa y bebidas multi-aromáticas. Por
eso, cuando hay eventos en la ciudad donde el libro es rey, pues me puedes ver
allí; y si hay alguna presentación de un talento que se expresa y difunde su
trabajo, pues siempre me anoto, no solo para enterarme de lo que hace, sino
para apoyar solidariamente el esfuerzo…Yo digo, que cualquier actividad que
alegre el espíritu es excelente y si es una buena obra de teatro, ni se diga…
¿Te gusta Caracas?
Seguro. Caracas tiene un encanto. Aunque ciertamente, como
te dije, la ciudad se ahoga en el caos, la desidia y el abandono. No es la Caracas del pasado
reciente…con múltiples opciones y cierto glamour de capital petrolera. Pero,
tiene mucho que contar; tiene mucho que mostrar en su cambio indiscutible, sea
trágico, inverosímil, violento…De repente, hay que huir por la derecha y darse
una vuelta por cualquier recodo nacional para
ver otros escenarios, sin embargo, es grato retornar a Caracas y sentir
su altura, su fresco de ciudad primaveral y verdor de pie de montaña
Qué opinas de la sección
“Echa tu cuento” de Últimas Noticias?
A mi
me parece que es una necesidad social. Te digo que muchos diarios en las
principales ciudades del mundo tienen espacio en sus páginas para el relato, el
cuento, la poesía, donde puede participar abiertamente el lector, el ciudadano;
que sigue su diario con solidaridad día a día. En Venezuela hay pocos diarios
que pueden presentar exitosamente una página semanal como en este caso nos
presenta Últimas Noticias. Ya tiene más de cinco años continuos permitiendo la
expresión de la gente. Al principio, los cuentos eran anécdotas muy populares
de todo tipo, que aparecían y que venían de distintas partes del país. Hoy día,
se observa que hasta cuentos literarios, históricos también tienen cabida en la
sección. Es decir, me parece, percibo que hay un cambio. Sinceramente, opino
que la sección merece un estudio, un análisis de su contenido; unas estadísticas
que hable y permita una interpretación para ir más en profundidad y hacer una
descripción más didáctica, que definitivamente puede reorientar, afianzar
su orientación.
¿Hacia dónde crees que va
“Echa tu cuento”?
Pienso que cada día que pasa
va contribuyendo con su dinámica. Permíteme explicar:
Todos sabemos que los últimos
años nuestra realidad social es muy intensa. Hay confrontaciones políticas y
sociales que afectan la vida del ciudadano en su modo de vida. De igual manera,
un cuentista, un poeta, un escritor, un narrador no vive metido en una burbuja
de jabón aislado con su creación del mundo real. Entonces, el cuento
cotidiano-por así decirlo-, comienza a aparecer. Y eso, es interesante. Porque
entonces, los cuentistas hablan de las colas para comprar comida, hablan de las
necesidades, de las necesidades, de la escasez y eso no es malo para nada;
porque se registra lo que está pasando. Por supuesto, uno entiende que la idea
es mantener la página al margen del conflicto político, sin embargo, es de
suponer que alguna cosa salpique sin que uno pueda evitarlo, como cuando
una paloma pasa y por cosas del destino hace lo que le da la gana en el aire
con la mala suerte que un andante resulta chorreado por el fortuito destino,
que mancha su hombro como un rayo de luz inevitable.
En todo caso, “Echa tu
cuento” debe ser una manifestación que se adapta a los tiempos y lo hermoso es
que se mantenga sorteando ventiscas y temporales. En ese sentido, creo que hay
mucho por hacer, entre otras cosas promover encuentros, talleres, concursos
anuales; cualquier evento, que vaya más lejos que la página de los domingos
como ejecutan los principales diarios en el mundo, que tienen una página de
cuentos populares y literarios.
Rapozo, al realizar una pasada por la
historia de la sección “Echa tu cuento” hasta la fecha hay varios nombres de
cuentistas que resaltan por su presencia. Hay lectores que han participado una
sola vez, otros tienen 7 cuentos; 15, 23, 87, y tú apareces descollando
con casi 300 cuentos. Es bastante. ¿Qué dices?
Yo pienso que algunos lectores se motivan a
enviar un cuento, una anécdota y la comparten, pero solo tenían en mente una
sola historia por alguna razón. Quizás le pareció a nuestro cuentista que era
algo gracioso para compartir; dramático, sin igual e interesante. Entonces,
allí se cumple uno de los objetivos de la página, que es la participación. Yo
diría que en este renglón entra la mayoría. Pero, aquí entra un elemento a
considerar en otro momento y es el hábito de escribir que tenga el cuentista,
es decir, si es constante, trabajador, dedicado al arte de contar cuentos.
Luego viene un grupo de cuentistas que
quizás lleguen a enviar 7 escritos y luego se pierden. Ese fenómeno debe tener
una explicación. Generalmente, el primer escrito es publicado en el impreso y
después “… naranja china, limón francés…” porque hay muchos escritos haciendo
cola y hay que darle la oportunidad a la mayoría.
Tú sabes que un escritor quiere ser leído y
eso pasa aquí, en Madrid y hasta en Moscú; pero no es posible que lo publiquen
a uno todos los domingos, pues “no hay cama para tanta gente” como dice la
canción. De repente, nuestro cuentista pierde motivación. Hoy en día ese
problema queda parcialmente resuelto con los avances del medio digital y
entonces, también puede ser leído por esa vía; es decir, que tu cuento se
mantiene en el ciber espacio y puedes ser leído muchas veces, casi hasta
el infinito.
En mi caso, siempre escribo y entonces tengo
un relato, una historia donde algún acontecimiento, episodio, circunstancia,
motiva el cuento; bien sea pasado, presente, real o ficticio; sobre mi persona,
sobre el vecino, el amigo, un personaje histórico, un perro, un gato o la
abuelita. Como puedes ver el tema y los personajes son variados; los personajes
abundan como el maíz en la cosecha y uno podría estar echando cuentos toda la
vida. ¿Te imaginas un cuentista anciano como de doscientos años
muriéndose y entonces se despide con un cuento frente a sus seres
queridos, antes que baje el telón?
¿Entonces, pasarías echando cuentos toda la
vida?
Hasta que aguante la necesidad, podría
responderte. Yo no niego que uno cumpla etapas y luego pase a otra
motivación y salte la talanquera a otro medio, a otro concepto…Es un asunto de
forma de vida para un cuentista prolifero que se acostumbra a escribir. Y
entonces diseña sus escritos, trabaja con las fechas y se pone a escribir según
se le antoje y le motiven. Un cuentista puede escribir sobre la infancia, la
adolescencia, los amores, las travesuras, las vivencias…yo digo, que los temas
son inagotables y nunca terminarías de tener cosas que contar. Además no somos
eternos y nadie pretende contar todo como si tuviera la maquina de escribir
pegada a la mano.
Yo si he notado que hay muchos cuentistas de
la sección que van y vienen y son muy buenos; escriben muy bien, son creativos,
ocurrentes…yo tengo mi lista y los aprecio mucho, porque me han distraído los
domingos con sus anécdotas y aportes. Eso se agradece. Y la verdad, es que no
me gustaría que se extraviaran. Hay una en particular: Una historiadora que
escribía cuentos sobre la población de Tapipa en Barlovento; hablaba de las
costumbres y tradiciones de su pueblo, de su historia y francamente eran
relatos súper interesantes y muy bien escritos. Considero que el Diario debería
tener contacto con sus cuentistas y pasar a una segunda etapa de rescate a esos
valores y talentos, con otra opción.