Vendaval en el horizonte.
LUIS ALFREDO RAPOZO
Este 12 de Agosto, miércoles, el Presidente Maduro se fue a Tinaquillo, en el estado Cojedes para apoyar a su mujer en la precampaña electoral que lleva a cabo para optar a una diputación. Por supuesto, que desde allá llamó a una cadena nacional, cuestión de darle la palabra a la candidata. Antes, había anunciado que dispondría de unos cuantos millones de bolívares provenientes del fondo chino, cuestión de apoyar a la agricultura que lamentablemente está en la carra plana.
Supuestamente, ese dinero será para adquirir semillas, y adecuar las condiciones que permitan la producción, seguramente de caraotas y otros productos. Previamente, el señor Presidente le había preguntado a los agricultores “rojos rojitos” qué hacía falta para producir inmediatamente, dónde se adquiría la semilla y todo lo necesario, que él pondría la plata inmediatamente.
Es decir, el Presidente cree que eso es tan fácil como si sembrar hoy en día es una expresión conuquera, sin un proyecto y visitando Agropatria para adquirir todo y “echarle pierna al negocio”. Entonces, llamó a los agricultores rojos rojitos-como dije-, para que se apoderaran de la producción; que se tomen las tierras necesarias, etc., etc. Es decir, que el señor Presidente sigue con un nido de pájaros en el cerebro creyendo en los cuentos de la 1ra o 2da Internacional Socialista, cuando Carlos Marx en la Europa de fines del siglo XIX llamaba a la clase trabajadora a unirse e instalar la dictadura del proletariado, controlando los medios de producción.
Yo vi ese vulgar espectáculo e inmediatamente llegué a la conclusión que esos realitos entregados con desesperación a estos trabajadores agrícolas se van a perder como el agua botada sobre el desierto; que nadie se va a responsabilizar por semejante perdida, tal como ha sucedido en todas las empresas que ha adquirido el gobierno comunista; expropiando, despojando y no producen un kilo de harina, un kilo de café, un kilo de leche.
Sabrá Dios, cuál dirigente socialista burócrata se enriquecerá, comprará una casa grande y hermosa, una tremenda camioneta y engordará-por supuesto- sus cuentas bancarias: eso es de Perogrullo, como echar un tiro al piso.
A mi sinceramente-como venezolano- me duele ese dinero que ha sido utilizado como vulgar pretexto para comenzar la campaña electoral de la pirata primera combatiente, que se viste de gloria revolucionaria con un cuento chino como si fuera un héroe de la Sierra Maestra , en la Cuba de 1958.
Aunque sinceramente considero que eso es plata perdida como es y será todo negocio donde el estado meta su mano, también reconozco tristemente que los revolucionarios tienen tremendo cuento chino en la cabeza y lo estamos pagando todos.
Un gobierno que no quiere hablar con los empresarios; que no quiere apoyar al verdadero sector productivo, que no quiere implementar nuevas políticas económicas y atacar su mala administración, está destinado a echar en saco roto todo lo que implemente.
Yo pienso que los pajaritos que tienen en la cabeza estos revolucionarios, cada día nos pican más en el rostro. Son incapaces en todo lo que hacen, están afectando el patrimonio nacional; juegan con el futuro de todo un pueblo y no hay cuerpo que aguante tanto.
Ellos mismos van a querer entregar el gobierno, porque no podrán aguantar ante tanto desastre, hambruna, falta de dinero y crisis de todo tipo, que toca nuestras puertas como un vendaval, que se aproxima en el horizonte.