jueves, 27 de noviembre de 2014

El telón de fondo de la crisis.

El telón de fondo de la crisis.
LUIS ALFREDO RAPOZO

El presidente de PDVSA ha declarado recientemente que vienen tiempos difíciles como si descubriera el agua tibia. Y es que nuestra cesta petrolera ha perdido más del 30% de su precio.

Debo señalar que Arabia Saudita y los Emiratos Árabes, por ejemplo han tomado previsiones en el manejo de su economía creando fondos de reserva  que le garantizan una movilidad financiera suficiente para no pasar trabajo en medio de la tormenta. Pero, en Venezuela estamos “fritos”: No tenemos fondos, las reservas internacionales están despalilladas y tan solo tenemos “disponible” 20 mil millones dólares. Mientras Arabia Saudita tiene más de 800 mil millones de dólares disponibles, billete sobre billete. Aquí, se crearon fondos, pero para gastar, es decir, todo lo contrario a una actitud racional. No hemos aprendido nada ¿Verdad?

El plan B de Maduro es vender activos y pedir prestado para saciar el hambre. Naturalmente, que así no saldremos del hueco donde nos tienen metidos con desacertadas políticas económicas. ¿Cómo vamos a salir de abajo con este gobierno?-pregunto-. Pues-me respondo-, no hay ninguna posibilidad de hacerlo y todo indica que la inflación bailará alrededor del 100% para el año 2015, cosa que está escrita sobre piedras, fuera de una evidente escasez de productos y servicios: “Es como echar un tiro al piso, decir que el año que viene será peor”-digo, no hay que ser brujo-.

Nuestra moneda cada día vale menos al compararla con el peso colombiano y con cualquier moneda referencial. “Va palo abajo en su rodada” como si fuera una maldición china. Ni se diga el precio del petróleo y su incidencia en la economía nacional.

Como todos saben el petróleo representa el 96% del ingreso que tenemos y si cae el ingreso por ese concepto, pues evidentemente, el año que viene va a repercutir en mayor inflación y escasez. El gobierno revolucionario ha gastado a manos llenas durante estos 15 años y dejó las arcas vacías. El gobierno no aprovechó la bonanza que tuvimos en estos quince años. Las vacas se nos van a poner flacas, queridos lectores.

El gobierno trata de estirar la arruga lo más que puede con el aumento del precio de la gasolina y nuevos impuestos, pero no se cambia el modelo económico en medio de insultos,  falta de comunicación y malas relaciones con el capital privado.

En este momento, me recuerdo del Dr. Arturo Uslar Pietri que nos llamaba permanentemente a sembrar el petróleo, a buscar la manera de diversificar la economía, etc., etc., pero creo que nunca en nuestra historia hemos sido tan torpes, derrochadores, corruptos como con este gobierno revolucionario, que por el contrario ha destruido la producción y ha mermado significativamente el comercio, la industria y la gestión agropecuaria. 

Finamente, queridos compañeros debo decir que el populismo es otro elemento que ha sido estimulado enormemente por este gobierno para asegurarse una avalancha de votos que le permita mantenerse en el poder. Pero, eso también pasa facturas y nos deja una población que quiere recibir de todo como si fuera un regalo, en desmedro del trabajo, el esfuerzo de la familia y el deseo de superación

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Se solicita: Presidente serio.

Se solicita: Presidente serio.
LUIS ALFREDO RAPOZO

Ahora resulta que “la clase obrera gobiernera” le ha pedido a Maduro que aumente la gasolina. Y entonces, Maduro aceptó la propuesta, aunque haciendo el énfasis que no hay apuro: “Yo te aviso chirulí”, dijo mi abuelita.

Por supuesto, que es un manejo politiquero del tema  y yo diría que hasta irresponsable: Me refiero a esa manera de manejar los problemas como si estuviera dando un mitin en un mercado libre, tomando decisiones sin discutir en ninguna parte, con la gente diversa que se supone vive, trabaja, y padece en Venezuela; sin discutir en la asamblea, ni con los sectores económicos, etc., etc. Es decir, que el dialogo brilla por su ausencia, gracias a la actitud solidaria de la clase obrera, quienes piden aumento de la gasolina y en consecuencia del precio de los pasajes y todo lo que conlleva mover un bulto de un lugar a otro: Primera vez-que recuerde- que veo a la clase obrera pidiendo alegremente el aumento de los precios en el pasaje, como si fuera un jarabe dulce.

Cualquier jipato que piense y medite sobre los problemas que atravesamos actualmente, entiende perfectamente que ante el desastre de gestión de gobierno que tenemos con esta llamada revolución, se debe   tomar acciones duras para tratar de enfrentar la crisis económica, administrativa, social y hasta política, innegable que tenemos, pero no de esa manera tan esquiva y poco seria.

Y es, que tenemos que hablar de otros asuntos conexos que deben ponerse sobre la mesa como por ejemplo los gastos que hace el gobierno usando partidas misteriosas; derroche de dinero, abuso en el manejo de los bienes del Estado empezando con viajecitos de niñeras en avioncitos Express, compra de armamento, subsidio de petróleo a otros países, y un largo etcétera que da pena mencionar por lo cuantioso del derroche y lo perverso en el manejo de la economía. ¿Cuánto gasta el presidente arreglándose el bigote para aparecer en largas cadenas de televisión perdiendo el tiempo?-se pregunta mi abuelita-.

El asunto no es tontería. Pero, sabemos que el gobierno no va a reconocer sus errores; sabemos que el gobierno no va a reconsiderar su mala relación con los sectores productivos , si todos los días insulta y le echa leña a la candela echando la culpa a la guerra económica, al imperialismo, a la oligarquía y pare de contar.

Maduro no reconoce que han metido al país en un callejón y quiere resolver el asunto pidiendo prestado a los chinos, a los rusos y quién sabe a quién más. Dice que la revolución continuará  truene o relampaguee. Pero, eso no lo aguanta nadie: La inflación está presionando la vida de una manera tan intensa, que la gente transpira angustia.

Las reservas internacionales están en el piso; la industria petrolera parece un barco viejo que se hunde en alta mar, la escasez es el pan nuestro de cada día, las empresas andan cerrando y el gobierno no se enfrenta a la realidad con criterios modernos.
-No hijo-me dice la abuela-, necesitamos un presidente, que gobierne con inteligencia.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Esperando la navidad 2014

Esperando la navidad 2014

LUIS ALFREDO RAPOZO

 

En esta oportunidad, voy  a  dejarles tres breves relatos de cositas que me han pasado en los últimos diez días, para contribuir humildemente a crear ambiente pre-navideño, aprovechando que la gente está cobrando sus aguinalditos, bonitos y compensaciones de la época de fin de año, con la firme intención de elevar la reflexión y ayudar a dar ideas de qué hacer con sus realitos:

 

Ocho días


“Ese domingo me levanté bien temprano como siempre. Entonces, me puse las alpargatas domingueras y salí a comprar los tres periódicos, que acostumbro a leer  ese día como algo sagrado: es una rutina que mantengo desde hace varias décadas, que mi familia respeta, es como ir  a misa. La diferencia en estos tiempos, es que gasto casi cien bolívares en los tres diarios. ¿Qué no hacía uno con cien bolos, cuando era un chamito por los años sesenta? “Eso era plata”, pensé. Ahora, es un gas que se evapora. Como ya viene diciembre -pensaba mientras caminaba-, uno se detiene a pensar en las tradiciones caseras. Ustedes saben; en limpiar la casa, pintar, arreglar esto, remendar aquello, adornar, hacer las hallacas, el “niño Jesús” para los chamitos, los regalitos y todo eso. “Es difícil no pensar en esas cosas”, me dije. Total que me puse mis periódicos debajo del brazo y fui a comprar varias empanadas para evitar que se cocine temprano en casa. Cada empanada me costó treinta bolívares, también llevo frutas para hacer un buen jugo de lechosa o  melón,  y entonces reviso los titulares a vuelo de pájaro, antes de sentarme en casa a leer rigurosamente: “Hallaca sale en Bs. 27 con relleno de Mercal”-decía en letras grandes una información dada por la agencia oficialista AVN-. Comento la noticia con los parroquianos que degustaban sus empanaditas y entonces todos rieron en medio de una guasa que todavía no ha terminado, y ya han pasado 8 días.”

La cocinita

“…Cuando llegué a la Av. Los Próceres ya había tanta gente que uno inmediatamente pensaba que no habría tantas lavadoras, neveras y cocinas para satisfacer las necesidades de tanta gente. A penas eran las dos de la mañana y el operativo montando por el gobierno para vender peroles chinos tenía dos días haciendo cola y la gente estaba pasando mucho trabajo para comprar un coroto. ¿Cuánto se puede vender en un día? –Me preguntaba, entonces llegué a la conclusión que era muy difícil adquirir una cocinita en Venezuela y que esto era un verdadero despelote-.

A las ocho de la mañana no cabía más gente en la avenida; había un tráfico  insoportable y ya la autopista y avenidas de El Valle, Nueva Granada y Santa Mónica estaban colapsadas.

El trasnocho me estaba pegando y me sentía como si hubiese pasado la madrugada en el Hospital Vargas para adquirir un número y me pudiera atender el homeópata. Pero, decidí no tirar la toalla y aguantar hasta el final para comprar una cocinita como si fuera un reto personal y entonces como a las doce del mediodía un militar con cara de perro rabioso dijo “que se había suspendido el operativo porque no podían controlar la demanda del servicio”, pero fue sincero cuando dijo “que prepararían mejor el asunto para reactivar el operativo”. Sin embargo, yo había decidido no sufrir más ese calvario y me fui caminando a casa pensando cómo podría comprar una cocinita en Colombia.”

Nuestra red social


“…Esa semana había ido tres días al supermercado, por cosas del azar, no era mi costumbre estar dando vueltas entre los pasillos del establecimiento. Entonces, durante esos días coincidí con varias amas de casa. Al principio ni pendiente, pero al segundo día ya nos saludamos e incluso comentábamos algunas cosas vinculadas a los productos que no se conseguían. Entonces, nos sentamos a tomar café dentro del mismo supermercado y entablamos una amistad de compradores de víveres muy extraña. Luego, al tercer día  coincidimos nuevamente y de tres personas compradoras amigas, pasamos a ser siete, luego ocho, hasta ahora que somos como quince, convirtiéndose en una verdadera guachafita , que nos permite estar datados de dónde se consiguen los escasos productos, usando el celular y transmitiendo mensajes de texto como en un programa de radio.

Con este hermoso grupo, he establecido una estupenda red social que me ha permitido salir todos los días y conseguir los productos, emulando la propaganda aquella que dice: “…que a lo que la primera se le pasa, la segunda lo repasa”. Desde entonces, consigo los víveres en un alto porcentaje, aunque caminando mucho con mis amigos de aquí para allá y de allá para acá. Es cuestión de usar unos buenos zapatos deportivos, ropa cómoda y tener muy bien carácter y mucha paciencia.”

-Naturalmente-les digo a ustedes-, no hay garantía de nada. Todo es cuestión de suerte, pero si les aseguro que cada día la cosa es más difícil y la plata rinde menos.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

2014: MUCHA COMPOTA DE PUPU

2014: Mucha compota de ....
LUIS ALFREDO RAPOZO

Prácticamente el año se está extinguiendo. Ya se  hizo lo que se tenía que hacer, diría mi abuelo. Es obvio pensar que la gente estará sacando cuentas; evaluando la situación económica, después que el Presidente Maduro quiso cerrar el año aumentando el sueldo de la gente con un 15% al salario mínimo. Un aumento famélico que es comido por la inflación con mucha voracidad.

Es una situación realmente deprimente. Naturalmente, la gente tiene o debe pensar que la masa no está para bollos. Un pan de jamón cuesta 500 bolívares. Una docena de huevos llega a 100 Bs., y así los ejemplos sobran. Todo se va en comida. Esa es la verdad, es decir, que el gobierno de Maduro ha sido abatido por la inflación. No ha logrado encontrar el camino que le permita sacar a flote la economía.

-“Es que este gobierno es torpe. Ya se sabe que la revolución socialista es un fracaso; ya se sabe que este sistema implantado por Chávez y seguido por Maduro no sirve y no tienen la voluntad e inteligencia para reconocer el desmadre y cambiar de rumbo”-me contaba mi viejo profesor de economía política, quien es un guerrillero de los sesenta y ha tirado toalla con semejante paliza y enseñanza de lo que no debe hacerse en la sociedad, en la política y en la economía-.

-Efectivamente, mi estimado profesor-le dije a mi encanecido preceptor-, la pequeña y mediana industria está pasando hambre; han cerrado como 4000 empresas, que no es tontería; ha aumentado el trabajo informal, la producción de cualquier producto agropecuario, manufacturero, brilla por su escasez; los importadores bajan la Santamaría y en consecuencia es difícil conseguir repuestos de cualquier ramo…Yo creo-que ya no tenemos que envidiarle mucho a Cuba, pues las colas para conseguir un alimento, nos recuerdan la tragedia de la post guerra, o la miseria de cualquier régimen comunista en cualquier parte. Esta mañana en un supermercado del este de Caracas, vi como las amas de casa hacían cola para comprar un shampoo para el cabello, sin importarle calidad, ni preferencia. “Agarrando aunque sea fallo, mijo”-me dijo una bella señora de clase media-.

Naturalmente, los cercanos al gobierno-que por cierto andan llenos de dólares de extraña procedencia y eso hay que decirlo, duela a quien le duela-, no pueden entender lo que se está viviendo en las calles; entonces,  se tragan y repiten como loros  toda esa cursilería verbal “que…tenemos una guerra económica; que tenemos un ataque feroz del capitalismo internacional; que la oligarquía y el paramilitarismo tienen un inmisericorde combate, etc., etc.” Mientras ellos viven las mieles del poder, nadan en la corrupción más espantosa y detestable habida en todos los tiempos, usan los medios del Estado hasta para ir a una clínica en el extranjero y sacar a su suegra a pasear con la niñera, demostrando que la boliburguesía no es un cuento de caminos.
-¿Y que opinas de la revolución?-me pregunta mi viejo profesor-
-Como decía el mismo Chávez: “Es una compota de p…”-le respondí-