jueves, 22 de enero de 2015

“Dios proveerá”, dijo Maduro.

“Dios proveerá”, dijo Maduro.
Luís Alfredo Rapozo

El rendimiento de cuentas y el mensaje a la nación del Presidente, por fin se dio el pasado 21 de Enero, en medio de un clima de expectación nacional, dada la situación  económica que vivimos de crisis general, que va rumbo a una catástrofe financiera, social y política.

Maduro llegó acompañado de la primera combatiente-que nunca ha combatido-, y seguido de su tren de vicepresidentes y desde la esquina de Santa Capilla bajó caminando por el boulevard que conduce a la plaza Bolívar; la cual estaba cundida de seguidores convocados  por el partido PSUV para aclamarle, con un fondo musical de música llanera como si estuviesen en el pueblo de Elorza, un 19 de marzo. Tan pronto Maduro entró a la asamblea, sus seguidores se esfumaron como misión cumplida y se  resguardaron por la inseguridad que deja la delincuencia.

Obviamente las expectativas no fueron cumplidas. Después de su primera hora de hablar gamelote por la calle del medio y decir que ganarían las elecciones parlamentarias, en Caracas se escuchó un cacerolazo que hacía retumbar las ventanas y espantó a los pajaritos que se fueron volando al cerro El Ávila.

Entonces, Maduro no explicó su gira exitosa buscando recursos por el mundo, ni detalló las fuentes de financiamiento supuesto, que trajo en su manga como si fuera Mandrake.
Nada de eso. Entonces, todo el mundo piensa que seguirán imprimiendo billetes chimbos sin respaldo en dólares y la fiesta inflacionaria seguirá en su apogeo.

Aumentó el sueldo mínimo en un 15% reconociendo públicamente la inflación incontenible y manifestó que no aumentaría la gasolina por el momento, porque no hace falta, pero que lo va a hacer en los próximos días después de un profundo análisis (¿?).

Igualmente, Maduro fijó tres consideraciones sobre el control de cambio que no traen nada nuevo, entonces suponemos que no tendremos disponibilidad de dólares para el comercio, la importación y satisfacer las necesidades elementales de tránsito.

Todo eso indica que seguiremos viendo colas por todas partes, escasez de productos en mayor escala, pues el presidente anunció el ataque contra las comercializadoras y distribuidoras de productos-como el caso de los Hermanos Herrera-, en medio de su guerra económica -que piensa ganar el próximo año y anunciarle al país su victoria, en enero de 2016-

Yo digo, que no tenemos reservas internacionales, no tenemos fondos, que garanticen una tranquilidad con la que se pueda maniobrar y no se ven claras medidas que permitan visualizar una reactivación económica , la captación de inversiones extranjeras, el respeto a las libertades económicas, la mejora del empleo, etc., no veo indicadores que anuncien la salida victoriosa ante la crisis. Y cuando Maduro dice que Dios proveerá, pues el cuadro de incertidumbre es peor.

No se qué decirle a mi comadre Yolimar en Boca de Uchire para levantarle el ánimo: entonces, que siga pateando pueblos buscando sus productos; que siembre en su conuquito y críe gallinas y pollos, mientras le pida a Dios, que provea en su misericordia.

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