jueves, 15 de enero de 2015

Todo el mundo sabe

Todo el mundo sabe
Luís Alfredo Rapozo

Ese lunes 12 de Enero, un periódico nacional –Ultimas Noticias, para más señas-, titulaba en su primera página que “Gira de Maduro por el petróleo es un éxito”, entonces yo caí en una especie de limbo del cual me tardé en salir, mientras los ojos se me pusieron en blanco y la quijada se me adormecía lentamente hasta quedar con la mandíbula relajada y la boca abierta.

Inmediatamente, me fui a las redes sociales y le envié un mensajito a su director –mi apreciado profesor EDR, ustedes saben- preguntándole si estaba bien de salud o si algún medicamento le estaba ocasionando alguna consecuencia como esas que deja el abuso de lumpias, tal como acotó Aristóbulo en alguna oportunidad.

Todo el mundo sabe que los rusos no atendieron a Maduro y ni siquiera fue recibido en visita oficial. Tan solo conversó con personal de tercer o cuarto nivel, quizás como cortesía diplomática; todo el mundo sabe que los chinos tienen el codo encogido y  dan financiamiento con el codo apretado  si reciben beneficios seguros y a tiempo; y todo el mundo sabe que los árabes lo atendieron con una sonrisa en el rostro, mientras el precio del barril de petróleo seguía desplomándose de 50 a 35 dólares.

Entonces, el avioncito criollo seguía en su “éxitosa gira” paseando sus pasajeros variopintos de familiares del jefe de Estado y un puñado de ministros y funcionarios que sobrepasaban las 70 personas,  para tomarse fotos aquí y allá, comprar vestidos, hacer turismo del bueno, gastar plata en establecimientos de lujo, que un chofer de autobús de metro jamás en su vida se imaginaría hacer, a menos que se ganara un premio de lotería y se lo gastara sin dolor ni remordimiento.

Mientras tanto, en el país se vivía una seria situación de desabastecimiento, de escasez de productos básicos y todas las ciudades del país, incluyendo pueblitos mostraban largas colas, trifulcas, desesperación, angustia para adquirir alimentos, conatos de saqueo, cosa que no recuerdo haber visto en la patria de Bolívar (tan solo se le acerca los acontecimientos del caracazo) y recuerda las hambrunas que vivieron algunos países europeos durante la segunda guerra mundial.

Entonces, el improvisado viaje de Maduro se ha alargado y su regreso aparentemente retrasará su responsabilidad de pronunciar el discurso en la Asamblea Nacional donde debe presentar su memoria y cuenta: Una memoria y cuenta-reitero-, que luce de mal aspecto, a menos que sufra un intenso maquillaje como el titular de Ultimas Noticias, que nadie se tragó como esas cucharadas de aceite de tártago que nos daba la abuelita en aquellos tiempos de una Venezuela apacible. 

Ciertamente, Maduro debe tener trabajando a  un selecto grupo de maquilladores de oficio para presentar su informe, que estará preñado de mucha verborrea aludiendo a la fulana guerra económica, que también ha afectado las cementeras del Estado, a PDVSA, las manufacturas de leche, harina, café , azúcar, hierro, a Agropatria…que justifican su improductividad e ineficiencia. Todo el mundo sabe que hablará de la guerra económica en su contra a modo de golpe de estado y se sentirá como un quijote, peleando contra molinos de viento.

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