Julio “rojo”.
LUIS ALFREDO RAPOZO
Muchos acontecimientos se dieron en esta última semana del mes de julio de 2014: Un verdadero menestrone rojo donde vimos un escuálido festejo en el recordatorio del nacimiento del padre de la patria, el cual se limitó a un paseo de un caballo con una espada desde el panteón nacional hasta la casa natal.
También fuimos espectadores de los 447 años de la fundación de Caracas, asunto que fue recordado con eventos muy sencillos -y hasta pobres-, como por ejemplo, la siembra de arbolitos en algún lugar y un templete en otro sitio con una orquesta de salsa para recordar a cada instante que la plaza había sido recuperada por el gobierno popular.
El PSUV, por su parte instaló su III Congreso Socialista donde nombraron a Hugo Chávez como presidente eterno y supremo, como si fuera el grandísimo poder de Dios y a Maduro como su Presidente, lo cual les permitió hacer un pasticho entre las funciones del gobierno comunista y la militancia partidista, que no permite diferenciar cada institución.
Ese congresillo, que demostró capacidad organizativa, así como manejo de muchos recursos como la disposición del Hotel Alba y del Complejo Teresa Carreño, invitados, traslado de miembros, presencia del canal del PSUV y afines, entre otros medios de comunicación, demostró que es muy sencillo organizar y mover voluntades para no dar respuesta a la crisis que se vive en Venezuela.
Afortunadamente, un suceso policial le dio a la semana un toque especial, que nos sacó del tedio rojo, fastidioso y preñado de adulaciones al fallecido ex presidente Chávez, personaje que ha dejado a Venezuela cundida de incongruencias a todo nivel y que cada día es más difícil ocultar el desmadre.
El suceso de página roja fue la detención en Aruba de un sujeto llamado Hugo Carvajal “alias El pollo”, quien fue detenido en el aeropuerto con 20 mil dólares-los cuales seguramente obtuvo en un SICAT paralelo-, pasaporte falso y una identificación adicional con pasaporte diplomático. Resulta que el sujeto estaba solicitado por la INTERPOL , la DEA y la justicia norteamericana donde lo esperan para seguirle un juicio como presunto colaborador de la narcoguerrilla, asesinato, manejo de documentos falsos y otras menudencias nada superfluas: el fulano pollo es una joyita,-digo-.
Después que le tenían en una especie de pasillo para conducirlo seguramente a una cárcel en Nueva York, el fulano pollo se escapó de la sopa, gracias a intensos malabarismos jurídicos y presiones políticas que desencadenaron una decisión de mano limpia del reinado Holandés, que ya había decidido entregarlo.
Entonces, expulsó de su territorio al susodicho pollo quien fue declarado persona no grata y maleteado a Caracas, gracias a unas raras interpretaciones sobre un cónsul que nunca fue, pero que le dieron una especie de inmunidad por un día, para sacarle de un pasillo y lo montaron en un avioncito rumbo a “la carlota” y de allí al III congreso del PSUV para ser reconocido como el héroe, que se escapó de la DEA como en una película de James Bond.
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