La hegemonía comunicacional
LUIS ALFREDO RAPOZO
¡Kikirfiki, kikiriki! Canta el gallo y la gente comienza su rutina. Las dos emisoras de radio que hacen vida en el pueblito oriental, prenden sus luces opacas y entonces la voz de un ex presidente muerto retumba cantando el himno nacional entre arengas y llamados, para que la gente le acompañe como si estuviese animando las fiestas patronales de nuestra señora de la candelaria: la cosa parece medio macabra como en una película de vampiros, dráculas, muertos que caminan después de salir de sus tumbas todos podridos y malolientes-ustedes saben-.
No hay programas de opinión que critiquen la gestión de gobierno. Todo el equipo de locutores, conductores, invitados que asisten a darle vida a las emisoras viven midiendo sus palabras letra por letra, con miedo a ser sancionados por cualquier desliz y el director de la radio se obsesiona supervisando a cada periodista que opine, o lea simplemente los artículos de opinión y las noticias al aire “…mosca, que nos pueden sancionar-dice-, mejor lee los diarios VEA, Correo del Orinoco, las noticias de AVN, el portal del canal 8 y algo de Ultimas Noticias para evitar problemas…”-vuelve a decir el fulano director, quien es un delegado del PSUV al congreso socialista del partido-.
Ningún candidato opositor que compita a un cargo de Alcalde tiene oportunidad de asistir a la radio para nada. Ni siquiera sus propagandas son aceptadas. Entonces, debe buscar otra manera de comunicarse mientras el candidato oficialista aparece a cada rato
como una barajita repetida: Más o menos así, es la cosa, compañeros. Así se bate el cobre.
En Barinas, esta semana cerraron una de las emisoras más potentes de la zona. No le renovaron su concesión a pesar de múltiples esfuerzos para mantenerse. Entonces, este lunes 18 de agosto, a primera hora, se presentó CONATEL pidiendo la salida del aire y ordenando que colocaran pura música: ellos, llegaron a la emisora; acompañados de la Guardia Nacional , un numeroso grupo de empleados de la gobernación y unos colectivos extraños para asegurar el cumplimiento de la orden: al final de día se escuchaba el nuevo nombre del dial, “RADIO POPULAR” dejando a todo el mundo con la boca abierta.
Mi abuelita me recordó que a Nitu Pérez Osuna le aplicaron una providencia administrativa y le cerraron su programa al igual que a Iván Ballesteros, en RCR, quienes creían que estaban en democracia. “Ilusos-dijo la viejita- no saben lo que es la hegemonía comunicacional”
Y es que últimamente, el gobierno ha arreciado su política para controlar la información, quieren evitar la denuncia y quieren controlar todo lo que pueda aparecer en los medios: son antidemocráticos 100% aporreando al ciudadano en su libertad. “…hasta hablar en una esquina va a ser difícil, mijo-me vuelve a decir mi abuelita- .Y yo le digo “…que nunca habíamos estado tan censurados, oprimidos y con la palabra secuestrada por algún gobierno en los últimos cincuenta años”.
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